Estamos en Babilonia,
actual Irak, hace hoy justo 3774 años. El rey, Hammurabi, crea un conjunto de
leyes -el Código de Hammurabi- regido
por la ley del Talión: ya saben, lo del ojo por ojo y sus consecuencias.
Afortunadamente hoy
tenemos más códigos legislativos. El Civil, el Penal, el Mercantil, el de
Derecho Canónico, etcétera. Lo que no existe todavía, o eso creo yo, es el Código
del Qué Dirán.
"-¿A dónde vas así a la calle?¿Acaso no te importa lo que la gente piense de ti?
-Defíneme "gente", por favor."
"-¿A dónde vas así a la calle?¿Acaso no te importa lo que la gente piense de ti?
-Defíneme "gente", por favor."
Cada uno tiene su estilo,
su forma de ser, su forma de peinarse, su forma de vestir e incluso su manera
de eructar. Las modas influyen, cómo no, pero no son determinantes. Una moda no
es vinculante, no obliga a nada. Son como una especie de referéndum (de
pueblo): la gente vota sí o no y punto, si bien el resultado no implica que
alguien tenga que hacer algo. “¡Ha salido el sí! ¡¡¡Oeeeee, oe oe oeeeeee!!!”, se
descorchan cuatro botellas de cava y cada uno a su casa que a las nueve empieza
el fútbol; y punto.
Pues con lo que opine la
gente lo mismo. Se respeta, evidentemente, sin embargo no hay que regirse por
ello. Lo que opinen de uno los demás no
es vinculante.
Quiero insistir con este
tema, necesito aclarar conceptos. ¿Quién o qué es la gente? ¿Dónde establecemos
el límite? Actualmente somos unos 7200 millones de personas en el planeta.
¿Tengo que esperar a que todos lleguen a un consenso para saber qué puedo
ponerme para salir a la calle sin miedo al qué
dirán y con plena confianza en mí mismo sabedor de que he recibido la
aprobación de la gente o, en su defecto, de la mayoría?
Ni siquiera así habría de
seguir la opinión/gusto de la gente para que no tengan una mala impresión de
mí. Yo tengo unos gustos, una forma de ser, una manera de reírme e incluso de
eructar. ¿Cómo sé yo que la gente, así grosso modo, sabe más que yo? Me explico. ¿Qué tipo de organismo público imparte
cursos y emite licencias para que la gente me critique y, tras la crítica, yo
acepte a pies juntillas adoptar sus preferencias? Es todo muy confuso, cierto,
por eso me gustaría que alguien me aclarase estas cuestiones.
Pero es que hay más.
Suponiendo que dicho organismo exista y haya gente preparada y cualificada para no sólo cuestionar a los demás
sino también imponerles su opinión/gustos, ¿por qué habría yo de seguirlos?
¿Acaso esa gente me paga la hipoteca? ¿O me cambian los neumáticos del scooter?
¿Esa gente se va a encargar de la manutención de los catorce hijos que pienso
tener? ¿Entonces de qué narices estamos hablando? Soy católico, y todavía no he
visto un #11 Mandamiento que diga “Te regirás por la opinión que la gente tenga
de ti”. ¿Me explico?
Pues eso, que cada uno a lo suyo. Y que los demás, la gente, opinen lo que les dé la gana.
Nos vemos, gente.